Sea culpa de Steven Spielberg o de los documentales de animales, pero los tiburones tienen fama de devoradores de humanos y cazadores.
En realidad, la posibilidad de morir atacado por un tiburón es mucho menor a la de morir impactado por un rayo.
Aunque tampoco me arriesgaría a tentar mi suerte en el mar.
Pero Rick Anderson tiene entrenamiento y es instructor de buceo en Australia, y además ha logrado entablar una amistad muy especial.
Siempre que se sumerge en el mar, es recibido por una tiburón de Puerto Jackson que considera su amiga y se abraza a él cada vez que lo encuentra:
Empecé a jugar con ella hace siete años cuando era sólo una cría de 15 centímetros.Me acerqué con cuidado para no asustarla, y le hice cariño con cuidado. Una vez que se acostumbró a mí, la sostendría en mis manos y le hablaría con suavidad a través de mi regulador.
En las siguientes temporadas, me reconocería y se acercaría para una caricia y abrazo. Se acostumbró cada vez más, hasta el punto de que nada hasta mí cuando me empiezo a ir y golpea mis piernas para que la tome en brazos.
La mayoría de los buzos que ven esto por primera vez no lo pueden creer. No la alimento a ella ni a ningún otro tiburón con los que juego. Los trato como si fuesen un perro.
Pero Rick es amistoso y también interactúa con otras especies.
Aunque ningún otro animalito es tan especial como su amiga.
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